sábado, 26 de octubre de 2013

Ché, viste, por fin acá!!


Ya estamos en Argentina, ahora sí, a la tercera la vencida. Intentamos pasar por el paso de San Francisco, pero cuando nos quedaban como 100 km nos avisaron de que aún estaba cerrado, así que nos quedamos sin ver el Ojos del Salado, buaaaaa. Bueno, seguimos al sur para subir desde La Serena hacia el paso de Agua Negra, subiendo por el valle del Elqui, con muchísimos viñedos, hacía tanto tiempo que no veíamos verde que ya se nos había olvidado lo bonito que era jejeje. A 60 km del paso, preguntamos a los Carabineros de Chile y nos indican que el paso a Argentina también está cerrado. Y ahora? Si seguimos por Chile hasta otro paso tendríamos que ir por autopista, así que cogemos un bus hasta el cruce de la ruta 5 (principal de chile) y desde allí partimos hacia el paso del Cristo Redentor subiendo por el Valle de Aconcagua. Ya se nota que esta parte de la cordillera de los Andes es diferente. Ascendemos por un valle típico de montaña, eso sí, con muchos camiones por lo que vemos que la ruta está abierta. En dos días nos plantamos al pie del paso, pasamos la noche en una "austera" cabañita y al día siguiente (25/10) salimos hacia Argentina. 





El paso es a través de un túnel a 3105 metros, hemos subido 3000 metros en 3 días, no está nada mal para unos caracolillos como nosotros. Una vez que nos cruzan en pick up el túnel (3 km prohibido a bicis) comenzamos a bajar por un valle precioso, lleno de montañas y montañas de múltiples colores, salpicadas de nieve e incluso glaciares. Cuando llevamos unos 15 km nos encontramos el parque provincial del Cerro Aconcagua, montaña más alta del continente americano con sus 6960 metros, lo cual nos compensa en parte no haber visto el Ojos del Salado. Nos disponemos a hacer un paseo por el parque pero al intentar comprar el ticket sólo aceptan pesos argentinos y nosotros que venimos de Chile, aún no tenemos. Amablemente, el jefe del centro nos invita a visitar el parque, nos pregunta que desde donde venimos y nos contesta que después de semejante viaje sería una pena no visitar el Aconcagua por algo tan insignificante como un par de pesos. Así que hicimos la ruta y disfrutamos de la pared sur, una pared con rutas de bastante dificultad, bastante impresionante. Luego continuamos bajando por el largo valle hasta llegar a Uspallata, un lindo pueblo en las faldas de los Andes. Justo a la entrada del pueblo, nos encontramos literalmente tirados en la cuneta a dos ciclistas canadienses, como es costumbre, nos paramos a conversar. Nos cuentan que se dirigen a Chile por el valle por donde nosotros hemos venido, así que les quedan unos cuantos km de subida por delante, pero están esperando a que el viento afloje, nosotros lo hemos tenido a favor pero para ellos es en contra y a veces contra el viento no se puede luchar.
Ahora seguiremos por la ruta 40 hacia San Carlos de Bariloche, acumulando km y anécdotas.
Hasta pronto.

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